Ejercicios específicos para claudicación intermitente

¿Cuál es el mejor tratamiento para la claudicación?

El ejercicio es una parte importante del tratamiento de la claudicación. El ejercicio reduce el dolor, aumenta la duración del ejercicio, mejora la salud vascular de las extremidades afectadas y contribuye al control del peso y a una mejora general de la calidad de vida.

MedicamentosEl médico puede recetarle uno o varios medicamentos para controlar el dolor y los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, pueden utilizarse medicamentos para controlar lo siguiente:

Estilo de vida y remedios caserosUn estilo de vida saludable puede ayudar a mejorar los resultados del tratamiento y a reducir los riesgos asociados a la claudicación y a la arteriopatía periférica. Entre los cambios recomendados en el estilo de vida se incluyen los siguientes:

A algunas personas también les resulta útil hablar con otras que están pasando por experiencias similares. En un grupo de apoyo puede encontrar ánimos, consejos e incluso uno o dos compañeros de ejercicio. Pregunte a su médico si hay grupos de apoyo en su zona.

Prepararse para la citaEs probable que empiece por acudir a su proveedor de asistencia sanitaria. Es posible que le remitan a un médico especializado en cardiopatías (cardiólogo) o a un cirujano de vasos sanguíneos (vascular).

Programa de marcha para la claudicación intermitente

El ejercicio tiene un nivel 1 de eficacia demostrada por el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica (NHMRC). Este artículo forma parte de una serie sobre tratamientos no farmacológicos, en la que se resumen indicaciones, consideraciones, pruebas y fuentes de información adicional para médicos y pacientes.

La claudicación intermitente es un síntoma frecuente en los pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP). Los pacientes notan dolor en las pantorrillas y, en ocasiones, en los muslos y las nalgas, que se induce con el ejercicio y se resuelve con el reposo.

Los programas de ejercicio aumentan el tiempo y la distancia de marcha. Los detalles específicos de los programas de ejercicio eficaces varían. A continuación se presenta un ejemplo de programa de caminata basado en los principios de las intervenciones de los estudios publicados:

La evidencia sugiere que los pacientes motivados se benefician más de los programas de ejercicio. La motivación puede mejorarse mediante supervisión, intervenciones psicológicas y con dispositivos como contadores de pasos, que están ampliamente disponibles.

Aunque los programas domiciliarios no supervisados son beneficiosos, los programas supervisados son más eficaces. Algunos fisioterapeutas y terapeutas del ejercicio ofrecen formación supervisada. En las sesiones supervisadas, se controlan los umbrales individuales de claudicación y otros parámetros cardiovasculares, y la carga de trabajo se ajusta en consecuencia.

Ejercicios de estiramiento para las almohadillas

La terapia de ejercicio es una piedra angular en el tratamiento de la claudicación intermitente; el ejercicio de caminar supervisado tres veces por semana durante 12 semanas mejora la capacidad de caminar y la calidad de vida. A pesar de ello, muy pocos pacientes hacen ejercicio de forma regular. La infrautilización del ejercicio puede explicarse en parte por la falta de servicios disponibles y por la falta de interés tanto de los pacientes como de los médicos por el ejercicio. Si el objetivo es ofrecer la mejor terapia médica a estos pacientes, los profesionales sanitarios deben recomendar y derivar a programas de ejercicio estructurados y supervisados, que deben estar disponibles tanto en los servicios sanitarios comunitarios como en los hospitales. Además, deben surgir nuevas tecnologías y estrategias para facilitar el ejercicio en un entorno domiciliario.

La arteriopatía periférica (AP) es la tercera causa de morbilidad vascular aterosclerótica después de la cardiopatía coronaria y el ictus. Más de 200 millones de personas en todo el mundo padecen arteriopatía periférica, y se prevé que esta cifra aumente debido al envejecimiento de la población [1]. Además, alrededor del 20% de las personas con EAP padecen claudicación intermitente (CI) [2], que se caracteriza por calambres, dolor o debilidad en los músculos de la pierna (o a veces del muslo) al caminar. Con la progresión de la enfermedad, el nivel funcional se ve afectado, así como la calidad de vida. La reducción de la actividad física debido al dolor de piernas puede llevar a los pacientes a un círculo vicioso, que desemboca en un estilo de vida sedentario, lo que aumenta de nuevo el riesgo de progresión de la aterosclerosis. La actividad física diaria puede romper este círculo; sin embargo, los pacientes necesitan apoyo y supervisión para lograr un cambio en su estilo de vida.

Escala de dolor de claudicación

Además, las directrices animan a los pacientes con síntomas de claudicación intermitente a hacer ejercicio hasta el punto de máximo dolor para estimular el desarrollo de la circulación colateral (recomendación 1.5.2). La intervención quirúrgica sólo debe ofrecerse cuando el ejercicio supervisado no haya producido una mejoría satisfactoria de los síntomas.

Nuestro programa de ejercicio ofrece una sesión semanal de 2 horas de ejercicio durante un periodo de 12 semanas, que incluye un componente educativo para apoyar las intervenciones de estilo de vida saludable. Al ser dados de alta, los pacientes son remitidos a programas comunitarios de ejercicio continuado.

Nos dimos cuenta de que si desarrollábamos un programa de ejercicio estructurado específico para nuestros pacientes con arteriopatía periférica, mejoraríamos las opciones de tratamiento no quirúrgico, reduciríamos las intervenciones quirúrgicas, mejoraríamos los resultados generales de los pacientes y ahorraríamos los costes derivados de la cirugía.

Una vez finalizado el programa, el CRT enviaría un resumen de los resultados de los pacientes al VTS. El VTS acordó realizar una consulta telefónica tras el programa de ejercicios (apéndice 3 del material de apoyo) y ofrecer a los pacientes que no informaran de ninguna mejora o deterioro de los síntomas de CI una derivación a los cirujanos vasculares. Se desarrolló una vía de derivación post-ejercicio (apéndice 4 del material de apoyo).

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