Protocolo de rehabilitación de la hernia discal lumbar
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Los deportistas de todo tipo no son ajenos a las lesiones, desde aprender a prevenirlas hasta controlar los dolorosos síntomas cuando se producen. Las lesiones de disco lumbar pueden ser consecuencia de la práctica de numerosos deportes, en particular los deportes de colisión, el levantamiento de pesas y la gimnasia. Los discos lesionados pueden herniarse y causar un dolor lumbar importante, así como dolor irradiado a las piernas, entumecimiento, hormigueo y debilidad.
Las hernias discales lumbares son más frecuentes en la población en edad laboral, ya que los discos con cierta degeneración asociada a la edad tienen más probabilidades de romperse. Afortunadamente, hay una serie de ejercicios para deportistas con hernias discales que pueden aliviar el dolor, contribuir a una rápida recuperación y ayudarles a volver a practicar su deporte.
¿Busca los ejercicios más seguros y eficaces para mantenerse en movimiento a pesar de una hernia discal lumbar en la columna vertebral? En esta entrada del blog se analizan los ejercicios más adecuados para los deportistas lesionados que sufren dolor en las piernas a causa de una hernia discal y que tienen previsto someterse a una discectomía lumbar.
¿Qué ejercicios puedo hacer con una hernia discal lumbar?
No es necesario someterse a un programa de cardio intenso ni levantar grandes pesos: unos simples estiramientos y ejercicios aeróbicos pueden controlar eficazmente el dolor provocado por la hernia discal. Los programas de estiramientos, como el yoga y el pilates, mejoran la fuerza y la flexibilidad y alivian el dolor agudo en las piernas y la zona lumbar.
¿Se puede hacer ejercicio con una hernia discal?
Los ejercicios suaves, los estiramientos y las actividades pueden ayudar a aliviar el dolor de una hernia discal. Los ejercicios también pueden fortalecer y mejorar la flexibilidad de la columna vertebral, el cuello y la espalda.
Ejercicios para la hernia discal cervical
Si se pregunta cómo curar rápidamente una hernia discal, es probable que la respuesta esté en algunos ejercicios específicos. Si bien es cierto que a veces una hernia discal puede resolverse por sí sola, no siempre es así. Muchos de nosotros tratamos de luchar contra el dolor hasta que llegamos a un punto en el que nos damos cuenta de que tenemos que hacer algo para mejorar.
Una hernia de disco es quizás la suposición más común cuando alguien menciona que están teniendo síntomas de ciática. Cuando estos síntomas surgen de un problema de disco, esto se conoce comúnmente como radiculopatía. La buena noticia es que muchas de estas personas que desarrollan dolor y debilidad por una hernia discal mejorarán con el tiempo con cuidados conservadores, como la fisioterapia. (1)
Un disco intervertebral es un cartílago acolchado situado entre dos vértebras. Su función principal es proteger la médula espinal y los nervios raquídeos cuando salen y se dirigen a los brazos y las piernas. Los discos deben ser flexibles y adaptables para permitir la movilidad y estabilidad de la columna lumbar. Por lo general, el disco se divide en dos regiones diferentes: el material externo del disco y la capa interna. La capa externa se conoce como anillo fibroso y está formada por fibras de colágeno, que ayudan a proporcionar estructura y soporte al disco. La capa interna se conoce como núcleo pulposo y es más bien una estructura gelatinosa hidratada. Generalmente, cuando pensamos en una hernia discal, la capa externa puede sufrir un desgarro y la parte interna gelatinosa puede “filtrarse” y eso es lo que se ve en una resonancia magnética como una hernia discal.
Fisiopedia hernia discal
Si le han diagnosticado una rotura o hernia discal en la espalda, es probable que sufra espasmos musculares, dolor agudo o sordo, calambres, debilidad o pérdida de funcionalidad en las piernas y/o ciática. Es probable que el dolor se intensifique al toser, estornudar o agacharse. Las hernias discales pueden ser lesiones muy dolorosas que afectan a su vida cotidiana. La buena noticia es que no tiene por qué someterse necesariamente a una intervención quirúrgica para reparar su hernia discal. De hecho, los estudios han demostrado que el 90% de los pacientes pudieron recuperarse siguiendo un tratamiento no quirúrgico. Los siguientes ejercicios, junto con un tratamiento de fisioterapia adecuado, pueden ayudarle a aliviar los síntomas y a fortalecer los músculos de la espalda.
Entre cada una de las vértebras de la columna lumbar hay una “almohadilla” que absorbe los impactos, denominada disco. El propósito de estos discos es proteger la columna vertebral de las actividades diarias, como caminar, correr, saltar, etc. Cada disco tiene dos partes: un anillo interior blando y gelatinoso, y un anillo exterior táctil. Cuando el anillo externo está lesionado o débil, puede permitir que el anillo interno sobresalga. Esto se conoce comúnmente como hernia discal.
Ejercicios saludables para la espalda
Este caso es único, ya que el paciente tenía dos cirugías previas de la columna lumbar, hernias discales recurrentes y se desarrollaron nuevas protuberancias y hernias discales. Nos propusimos investigar si la aplicación del método McKenzie reduciría los síntomas de una larga historia de lumbalgia (lumbalgia) con múltiples cirugías. Se realizó un programa de ejercicios tipo McKenzie durante 2 meses a razón de 5 días/semana. Se evaluaron el índice de discapacidad, la intensidad del dolor, la amplitud de movimiento lumbar (ROM) y la fuerza de las extremidades inferiores antes y después de la intervención de tratamiento con ejercicios. También se midieron la discapacidad y el dolor a los 3 meses de seguimiento. El índice de discapacidad de Oswestry y la puntuación de la escala analógica visual del dolor se redujeron inmediatamente después de la intervención de tratamiento y siguieron reduciéndose a los 3 meses de seguimiento del 44% al 22%, y del 8 al 4, respectivamente. El ROM lumbar mejoró aproximadamente 1,5 cm durante la flexión en bipedestación y 3 cm durante la extensión. La extensión unilateral de la pierna afectada y la prensa bilateral de piernas aumentaron 16,5 kg y 70 kg, respectivamente. El protocolo actual ha demostrado que el tratamiento con ejercicios tipo Mckenzie puede mejorar las funciones físicas y reducir el dolor en un paciente con antecedentes de cirugías de la columna lumbar y dolor lumbar prolongado. Además, a pesar de no realizar ningún ejercicio adicional, el método McKenzie aumentó la fuerza de las extremidades inferiores, posiblemente a través de la descompresión de las raíces nerviosas.