El ejercicio curó mi ansiedad
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El ejercicio físico puede desempeñar un papel importante en el bienestar mental e incluso puede aliviar los síntomas de enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. Aunque a menudo se habla de los beneficios del ejercicio físico para la salud, a menudo se pasa por alto la relación entre el ejercicio y la salud mental. Los estudios sugieren que el ejercicio físico puede ayudar a prevenir los problemas de salud mental antes de que aparezcan. Las investigaciones también demuestran que el ejercicio puede mejorar los síntomas de muchas enfermedades mentales existentes.
El ejercicio disminuye la sensibilidad de la reacción del cuerpo a la ansiedad. Además, un programa de ejercicio regular puede ayudar a aliviar los síntomas de otras afecciones concurrentes comunes, como el síndrome del intestino irritable (SII).
El ejercicio ayuda a promover el crecimiento de nuevas neuronas en áreas clave del cerebro, incluido el hipocampo. Algunas investigaciones sugieren que esto puede contribuir a aliviar los síntomas de algunos trastornos psiquiátricos, como la depresión y la ansiedad. Estudios con animales han descubierto que el aumento de la neurogénesis puede contribuir a calmar el cerebro en momentos de estrés.
¿Cuál es el mejor ejercicio físico para la ansiedad?
Las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico es especialmente útil. Un simple paseo en bicicleta, una clase de baile o incluso una caminata a paso ligero pueden ser una poderosa herramienta para quienes padecen ansiedad crónica.
¿Qué habilidades debo practicar para la ansiedad?
Las técnicas de visualización, la meditación y el yoga son ejemplos de técnicas de relajación que pueden aliviar la ansiedad. Haz del sueño una prioridad. Haz lo posible por dormir lo suficiente para sentirte descansado. Si no duermes bien, habla con tu médico.
El mejor ejercicio para la ansiedad y los ataques de pánico
Siempre hemos sabido que el ejercicio es esencial para el equilibrio entre la vida laboral y personal y para la productividad en el trabajo. De hecho, la falta de movimiento puede ser tan perjudicial como fumar un paquete de cigarrillos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la actividad física tanto en el tiempo libre como en el trabajo para mejorar y mantener una buena salud y bienestar. Ahora, un nuevo estudio publicado en Frontiers In Psychiatry cuantifica el asombroso impacto que tiene el ejercicio regular en la reducción de la ansiedad. Investigadores suecos estudiaron a casi 400.000 personas y descubrieron que las que llevaban un estilo de vida activo tenían un 60% menos de probabilidades de desarrollar ansiedad en comparación con las menos activas físicamente durante un periodo de 21 años.
¿Y usted? ¿Cuál es tu mayor ansiedad laboral y qué puedes hacer al respecto? Si eres como muchos, no te das cuenta de que estás ansioso cuando trabajas. Quizás te dejas llevar por tus compromisos y no te das cuenta de los estragos -tanto mentales como físicos- que te puede causar la ansiedad. No puedes despedir a tu jefe ni tomar las riendas de la empresa y reestructurarla, pero puedes controlar mejor tu estrés. Según algunas estimaciones, el simple hecho de moverse puede reducir en un 92% el riesgo de sufrir una parada cardiaca súbita. Además, cuando te mueves, la tensión física y el estrés mental desaparecen, y la solución a un problema se vuelve más clara que el agua. Los expertos afirman que el mero hecho de estar de pie en el escritorio en lugar de sentado puede ayudar. El mero hecho de no estar sentado le proporciona los beneficios del ejercicio. Las nuevas investigaciones demuestran que la actividad física de corta duración estimula el flujo sanguíneo al cerebro, lo que a su vez da energía y despeja la mente.
¿Cuánto tarda el ejercicio en aliviar la ansiedad?
Es muy probable que usted, o alguien que conoce, sufra ansiedad. Uno de cada cinco estadounidenses mayores de 18 años, y uno de cada tres adolescentes de 13 a 18 años, declararon padecer un trastorno de ansiedad crónico durante el último año. Y cuando hablo con estudiantes universitarios, no les sorprende en absoluto que la friolera del 63% de los estudiantes sintiera una ansiedad tremenda durante su primer año, según un informe de la National College Health Association.
El precio de la ansiedad puede ser alto: aumenta el riesgo de padecer otros trastornos psiquiátricos como la depresión, y puede contribuir a la diabetes y los problemas cardiovasculares. Un estudio aleccionador muestra que las personas con ansiedad tienden a ser más sedentarias y a realizar menos actividades físicas, si es que realizan alguna. Es irónico, porque atarse los cordones de las zapatillas y salir a moverse puede ser la mejor solución no médica que tenemos para prevenir y tratar la ansiedad.
Como psiquiatra que estudia los efectos del ejercicio sobre el cerebro, no sólo he visto la ciencia, sino que he sido testigo directo de cómo la actividad física afecta a mis pacientes. Las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico es especialmente útil. Un simple paseo en bicicleta, una clase de baile o incluso un paseo a paso ligero pueden ser una herramienta poderosa para quienes sufren ansiedad crónica. Actividades como éstas también ayudan a las personas que se sienten excesivamente nerviosas y ansiosas ante un próximo examen, una gran presentación o una reunión importante.
Cómo ayuda el ejercicio a la ansiedad
Es muy probable que usted, o alguien que conoce, sufra ansiedad. Uno de cada cinco estadounidenses mayores de 18 años, y uno de cada tres adolescentes de 13 a 18 años, declararon padecer un trastorno de ansiedad crónico durante el último año. Y cuando hablo con estudiantes universitarios, no les sorprende en absoluto que la friolera del 63% de los estudiantes sintiera una ansiedad tremenda durante su primer año, según un informe de la National College Health Association.
El precio de la ansiedad puede ser alto: aumenta el riesgo de padecer otros trastornos psiquiátricos como la depresión, y puede contribuir a la diabetes y los problemas cardiovasculares. Un estudio aleccionador muestra que las personas con ansiedad tienden a ser más sedentarias y a realizar menos actividades físicas, si es que realizan alguna. Es irónico, porque atarse los cordones de las zapatillas y salir a moverse puede ser la mejor solución no médica que tenemos para prevenir y tratar la ansiedad.
Como psiquiatra que estudia los efectos del ejercicio sobre el cerebro, no sólo he visto la ciencia, sino que he sido testigo directo de cómo la actividad física afecta a mis pacientes. Las investigaciones demuestran que el ejercicio aeróbico es especialmente útil. Un simple paseo en bicicleta, una clase de baile o incluso un paseo a paso ligero pueden ser una herramienta poderosa para quienes sufren ansiedad crónica. Actividades como éstas también ayudan a las personas que se sienten excesivamente nerviosas y ansiosas ante un próximo examen, una gran presentación o una reunión importante.